El uso de suplementos nutricionales orales (SNO) es una de las herramientas más importantes que tenemos en la actualidad para combatir el que, sin duda, debe ser el mayor desafío de los nutricionistas clínicos a través de los años: La malnutrición hospitalaria.
Esta condición es uno de los problemas de salud más importantes a nivel mundial, ya que no solo afecta a las sociedades menos favorecidas a nivel económico, sino que también a las naciones más desarrolladas.
En los últimos 20 años, la situación de la malnutrición hospitalaria no ha cambiado mucho y en la actualidad aproximadamente 4 de cada 10 pacientes que ingresan a una institución de salud tienen desnutrición (Pineda Castillo et al, 2016). Sin embargo, esta relación puede llegar a duplicarse durante la hospitalización en curso, ya que la enfermedad puede ser un factor agravante o desencadenante de la malnutrición.
Algunos de los factores etiológicos de la malnutrición asociada a la enfermedad son: hiporexia, disminución en la ingesta de nutrientes, incremento en los requerimientos nutricionales, presencia y severidad de un estado inflamatorio.
Acerca de las consecuencias clínicas, son múltiples los efectos de la malnutrición, llegando afectar significativamente diversos mecanismos importantes como el estado neurológico, la función renal, función respiratoria, el tracto gastro – intestinal, el sistema cardiovascular, la fuerza, entre otros.
En la práctica clínica, es imperativo identificar aquellos pacientes que presenten riesgo de malnutrición a través de herramientas de screening o tamizaje nutricional dentro de las primeras 24 – 48 horas de su ingreso, ya que dichos pacientes se verán beneficiados de una rápida evaluación e intervención nutricional. Este proceso puede ser realizado por cualquier profesional de la salud entrenado.
Las últimas cifras a nivel nacional arrojan que la prevalencia de riesgo de desnutrición, utilizando la herramienta de tamizaje nutricional NRS 2002, es de aproximadamente 70% en adultos hospitalizados (Cotrina et al, 2019).
Una vez identificados los pacientes con riesgo, estos deben pasar por el proceso de atención nutricional (PAN), en donde serán evaluados oportunamente por un nutricionista clínico para poder determinar su estado nutricional.
Aquellos pacientes diagnosticados con un cuadro de Malnutrición tendrán mayor riesgo de morbimortalidad, por lo que es necesario una intervención nutricional rápida y temprana.
Es, justamente en esta etapa, donde los suplementos nutricionales orales (SNO) cumplen un rol importante.
Están dirigidos a la alimentación, ya sea de forma parcial o exclusiva, de aquellos pacientes que presenten algún grado de deterioro en la capacidad de ingerir, digerir, absorber, metabolizar o excretar ciertos tipos de nutrientes o metabolitos.
Podemos entender como SNO completos, aquellos que aportan macronutrientes y micronutrientes y pueden ser utilizados de forma exclusiva ya sea por vía oral o a través de una sonda. Y los incompletos, como aquellos que solo pueden usarse de forma parcial ya que tienen uno o varios nutrientes defi citarios. En este último grupo encontramos a los módulos (Ejemplo: módulos proteicos, módulos calóricos).
Los SNO están disponibles en distintas presentaciones: Líquidos listos para beber, en forma de cremas y en polvo para reconstitución o para ser añadidos a los alimentos.
Es importante mencionar que, si bien muchos SNO están diseñados para pacientes con ciertas patologías o situaciones específi cas, esto no implica que también puedan ser utilizados en contextos diferentes para los que fueran elaborados, luego de analizar el contexto del paciente y las características de los productos.
La pregunta más común acerca de los SNO es, ¿En qué momento debo usarlos? La Sociedad Europea de Nutrición clínica y metabolismo nos sugiere hacerlo cuando el paciente tenga un défi cit en su ingesta, entre el 60% – <100% de sus requerimientos nutricionales, con la finalidad de cubrir dicha brecha. Sin embargo, considero que hay dos preguntas de igual o mayor importancia: ¿Por qué los usamos?, ¿cuál es el objetivo? Y es que el verdadero objetivo del uso de SNO no es otro que el de prevenir y/o corregir la malnutrición; y esto se logra a través de distintos mecanismo o ejes como evitar una deuda nutricional (calórico – proteica), una menor morbilidad, ganancia de peso, incremento en la fuerza, mejoramiento del rendimiento físico, menos estancia hospitalaria, etc.
Finalmente, podemos sacar las siguientes conclusiones:
– La malnutrición confiere un estado de vulnerabilidad y mayor riesgo al paciente.
– Debemos identificar la malnutrición lo más rápido posible.
– Es indispensable la presencia de un nutricionista clínico en un equipo multidisciplinario.
– Y Los SNO son una herramienta útil y práctica para combatir la malnutrición.
Lic: Paolo Díaz Motin
Nutricionista