Los niños son inquietos por naturaleza y poseen una energía que parece inagotable cada vez que practican deportes, juegan o realizan actividades al aire libre. Sin embargo, todas estas acciones pueden no ser tan placenteras cuando la diversión se termina a causa de una fractura.
Las fracturas en los huesos de los niños son episodios (bastante habituales) consecuentes por naturaleza, aunque normalmente se resuelven en poco tiempo y generalmente sin dejar secuelas. Durante la infancia, una de las fracturas más frecuentes se produce en el antebrazo (radio o cúbito), así como en el codo, por lo que los padres deben estar atentos para actuar ante un episodio así y recurrir inmediatamente a un profesional que pueda atender oportunamente al menor.
El doctor Juan Carlos Ganoza, especialista en Ortopedia y Traumatología Pediátrica de la Clínica Anglo Americana comenta cuáles son los pasos que se deben seguir para auxiliar a un niño que ha sufrido una fractura, con el fin de ayudarlo mientras se busca la asesoría médica profesional.
Primeros pasos en caso de fracturas en niños
1. Estabilizar la extremidad. Para mantenerla fija antes de llegar al consultorio del traumatólogo pediatra, los padres pueden realizar un entablillado casero. Este puede realizarse envolviendo un paño o una toalla alrededor de la extremidad afectada, luego colocar a su vez un objeto firme que actúe como tablilla (periódicos, revistas, libretas, entre otros).
Posteriormente, sujetar la tablilla con vendas o una pañoleta, procurando no presionar en exceso para no interferir con la circulación. Al llegar al consultorio del especialista, se realizará una radiografía para confirmar el tipo, la localización y la gravedad de la fractura.
Debido a la naturaleza de los huesos de los niños, ésta puede ser de diversos tipos, por ejemplo:
• Tallo verde: se producen cuando el hueso se rompe en un solo lado, como la rama verde de un árbol.
• Longitudinal: el trazo de la fractura sigue el eje longitudinal del hueso.
• Transversa: el trazo de la fractura es perpendicular al eje longitudinal del hueso.
• Oblicua: el trazo de la fractura tiene un ángulo variable.
• Espiral: cuando el trazo de la fractura recorre en forma circular alrededor del hueso de forma espiroidal. Puede ser difícil de detectar en los niños, especialmente en la espinilla.
• Deformidad Plástica: el hueso se deforma por encima de su capacidad elástica produciéndose una encurvación exagerada. Típico a nivel del peroné y cúbito, donde el otro hueso (tibia, radio) tiene más tendencia a romperse.
• Fractura Fisaria o del Cartílago de Crecimiento: afecta a las placas especiales en los extremos de los huesos que regulan el crecimiento. Estas fracturas se consideran más graves porque pueden alterar el crecimiento normal del hueso.
Por lo general, requieren un seguimiento prolongado hasta finalizar la etapa de crecimiento (especialmente durante al menos 18 meses).
En caso se trate de un accidente mayor, se recomienda no mover a la persona hasta que llegue la ayuda correspondiente y determinen su traslado al establecimiento de salud. Con esta información, conocer acerca del procedimiento para ayudar a un niño cuando sufre una fractura será más sencillo.
La Clínica Anglo Americana cuenta con la especialidad de Traumatología Pediátrica, desde la cual se concientiza y atiende a la población sobre la importancia de una buena salud. El staff de médicos está siempre dispuesto a absolver las dudas de las pacientes para brindarles una mejor calidad de vida.
Dr. Juan Carlos Ganoza
Traumatólogo Pediatra
Clínica Angloamericana