Dräger es una empresa familiar fundada en 1889 en Alemania, y actualmente se encuentra en su quinta generación y se ha convertido en una empresa global que cotiza en bolsa. El Grupo Dräger está presente en más de 190 países y tiene más de 13.000 empleados en todo el mundo.
Dräger es el referente mundial en equipos de cuidado crítico, bioseguridad, equipos de detección de gases y soluciones de infraestructura hospitalaria. Han pasado 131 años desde que Heinrich Dräger obtuvo la patente por el desarrollo del Pulmotor, un dispositivo que creaba de forma alternativa presión positiva y negativa en las vías aéreas y funcionaba con oxígeno a presión. Desde entonces Dräger ha mantenido el liderazgo en cuidado crítico, introduciendo incluso Protocolos Explícitos Computarizados para Destete Automático (SmartCare), una herramienta que permite saber cuándo el paciente puede ser separado del ventilador sin temor a experimentar una re-intubación, con el consecuente aumento de la morbimortalidad en la UCI. Del mismo modo fue pionero en el desarrollo de hacer “visible” la ventilación mecánica; un dispositivo llamado Pulmovista 500, permite al terapeuta ver en tiempo real, la reacción de las diferentes regiones del pulmón, a una determinada terapia aplicada, esta herramienta se basa en Tomografía de Impedancia Eléctrica (EIT), y es sensible a los cambios de deformación que experimenta el pulmón ante los cambios en la presión positiva aplicada. Esta tecnología ha sido validada vs la TAC con un Coeficiente de determinación del 96% (R2=0.96). Pero a diferencia de los Tomógrafos Axiales Computarizados (TAC) y los rayos X, es completamente portátil, y no emite radiación ionizante, pudiendo utilizarse al lado de la cama del paciente.
Un artículo publicado por Miller G en la revista Psychological Review, mostró que el límite de la capacidad humana para procesamiento de información, estriba entre 7 +/- 2 construccionesde datos, y que esta capacidad es aún menor cuando un profesional de la salud está trabajando por la noche. El cuidado crítico de un paciente bajo ventilación mecánica y su gestión en una pandemia, pone de manifiesto la necesidad de herramientas más sofisticadas en la aplicación de la terapia.
La revista Critical Care, en su edición del 16 de abril de 2020, hace la siguiente precisión, sobre el COVID-19, “es una neumonía específica con fenotipos peculiares”, Además agrega que este fenotipo puede ser diferenciado a través de la Tomografía Axial Computarizada (TAC), pero que si ésta no estuviera disponible, lo único que puede ser utilizado como reemplazo imperfecto son la compliance respiratoria del sistema respiratorio (C, C20/C, Vds) y posiblemente la respuesta de este sistema respiratorio a los cambios de presión positiva al final de la espiración (PEEP).
Es patente bajo la premisa anterior, que es necesario contar con dispositivos médicos que permitan a los terapeutas llevar a cabo dos tareas de precisión:
1. Tener la capacidad de evaluar la compliance del sistema respiratorio (comportamiento del pulmón frente a diferentes cambios de presión).
2. Visualizar los efectos de la terapia ventilatoria aplicada al paciente a través de dispositivos de imágenes (Tomografía).
Los ventiladores mecánicos son los equipos de elección para lidiar con la primera de esas tareas; evaluar el comportamiento del pulmón. Obtener una información certera de este comportamiento recae en los sensores de flujo, válvulas y turbinas de los ventiladores. Se ha mostrado que los sensores de flujo bidireccionales con tiempo de respuesta de 20 ms y válvulas electromagnéticas de alta velocidad con tiempos de respuesta entre 5ms y 120 ms, son necesarias para poder entregar un concepto, que se conoce como “Ventilación Protectora Pulmonar”, es decir; tener la capacidad de administrar volúmenes corrientes en función del peso ideal del paciente (6ml/kg peso ideal), evitando así, el VILI (Daño Pulmonar inducido por Ventilador), que es un efecto deletéreo del pulmón, provocado por altos volúmenes (volutrauma), por altas presiones (barotrauma), apertura y cierre repetitivo de las unidades alveolares (aletectrauma), por pulmón heterogéneo (lesión por corte), por exceso de oxígeno (liberación de radicales libres).
La mayor discusión sobre el manejo del distress respiratorio agudo derivado del COVID-19 (CARDS), estriba en el hecho de determinar si el pulmón de un paciente es del tipo Respondedor y/o No respondedor al reclutamiento alveolar. El reclutamiento alveolar conocido como Open Lung Approach (OLA), es una estrategia que cuenta con nivel de evidencia IIA y junto con la ventilación de bajo volumen tidal (IA), se constituyen hoy como las herramientas con mejor nivel de evidencia en el Clinical Outcome, según la metodología GRADE (avalada por la OMS, American College of Physicians, American Thoracic Society, Cochrane Collaboration). Lograr esto implica contar con una herramienta que permita alcanzar los coeficientes de apertura alveolar de cada alvéolo, y en el transcurso del tiempo logre conseguir un pulmón más homogéneo, con menor generación de volumen muerto, menor sobre-distención y menor liberación de citoquinas inflamatorias derivadas de la aplicación de la ventilación mecánica.
Uno de los problemas que hacen patentes al tratar el CARDS, es determinar cuál debe ser el nivel adecuado de PEEP para mantener abierto el alvéolo, sin provocar cambios hemodinámicos que comprometan la vida del paciente. Un ventilador debe permitir ejecutar estrategias tales como: reclutamiento alveolar, complianza pulmonar, compensación del tubo endotraqueal, cálculo de la C y R del circuito respiratorio y del filtro HME, monitoreo de la sobredistención, constancia del volumen tidal respiración a respiración, volumen muerto, ventilación protectora, niveles de etCO2 del paciente y “titulación” de los niveles adecuados de PEEP, al tiempo que no causa daños al paciente. Este es el tipo de aliado tecnológico que se necesita para tratar adecuadamente el CARDS.
Dräger Perú SAC ofrece ventiladores con todas estas herramientas y junto con nuestro Tomógrafo de Impedancia eléctrica, el terapeuta puede hacer una aproximación holística a la enfermedad con el mejor Clinical Outcome posible frente al COVID-19.