La Cirugía Bariátrica o Cirugía de la Obesidad es la que se realiza a pacientes quienes, después de una extensa y completa evaluación, califican para este tratamiento definitivo para la Obesidad.

La obesidad patológica o mórbida se define por una fórmula que combina peso y talla, obteniéndose así el índice de Masa Corporal (IMC). El índice de masa corporal se obtiene al dividir el peso en kg por la estatura en metros al cuadrado. Los valores de referencia normales oscilan entre 18.5 y 24.9. Entre 25 y 29.9 hay Sobrepeso y por encima de 30 se considera Obesidad, que puede ser Leve, Moderada, Severa y Extrema. No es necesario tener un IMC muy alto para ser candidato a la cirugía, ya que con índices medianos pero con enfermedades asociadas (llamadas comorbilidades) también la cirugía es una muy buena opción; en especial ante la presencia de Diabetes Mellitus.

La obesidad es considerada una enfermedad crónica, de difícil tratamiento y asociada a padecimientos diversos. Específicamente el exceso de grasa abdominal (llamada visceral) se relaciona a varias anormalidades metabólicas, llamadas SÍndrome Metabólico. Este conjunto de enfermedades incluye la Intolerancia a la Glucosa, la Diabetes, las Dislipidemias, la Hipertensión Arterial y el incremento del riesgo de enfermedades cardiacas y de accidentes cerebrovasculares.

El exceso de peso corporal constituye una pandemia que afecta no sólo a los países desarrollados, sino también a los que están en vías de desarrollo. En el año 2005 la OMS estimó en 400 millones de adultos (el 7 % de la población mundial) el número de obesos en el mundo; cifra que se duplicó diez años después. Actualmente la obesidad es el principal factor de riesgo para causas de morbilidad y mortalidad en personas adultas en todo el mundo. Y es un factor controlable, por intervenciones nutricionales, médicas y quirúrgicas. Y es cada vez más frecuente detectar este problema desde la infancia, incluso con cuadros severos en la adolescencia. La vida moderna -lamentablemente- ha traído consigo, además de las notorias ventajas del avance tecnológico, los malos hábitos alimentarios, el sedentarismo y la obesidad infantil y juvenil.

Las complicaciones y enfermedades asociadas a la obesidad incluyen a las enfermedades pulmonares, al síndrome metabólico, a las enfermedades cardiacas y vasculares, la diabetes mellitus, el cáncer de diversos tipos, las enfermedades hepáticas, los trastornos ginecológicos e infertilidad, la enfermedad venosa periférica y también alteraciones periodontales. También se asocian a la obesidad la gota, varias alteraciones de la piel y la artrosis.

En el proceso de evaluación, la persona obesa debe ser atendida por un cirujano entrenado, por un médico clínico o endocrinólogo, por un gastroenterólogo, por un psicólogo y por un nutricionista. Se deben hacer pruebas de laboratorio, de imágenes y endoscopías para determinar si el paciente debe operarse y qué tipo de cirugía conviene hacer. Con toda esta información analizada y con el paciente adecuadamente informado, se procede a una cuidadosa preparación preoperatoria, lo que incluye una dieta supervisada, ejercicios y medicinas que se adecúan a cada caso.

Actualmente toda la cirugía para este problema se hace por vía laparoscópica, esto es por invasión mínima e incisiones pequeñas. Esto reduce los problemas intra y postoperatorios y permite una recuperación más rápida. No hay una fórmula universal que resuelva los problemas a todos los pacientes; el tratamiento debe individualizarse y se deben discutir las expectativas y los objetivos de cada paciente y lo que el paciente espera de su médico; así como lo que el médico espera que el paciente haga después de operarse.
Porque el objetivo principal de esta cirugía es cambiar malos hábitos alimentarios, recuperar un peso normal y ganar más años de vida, así como una mejor calidad de vida.

Dr. Aurelio Gambirazio Keller, FACS.
Cirujano General y Laparoscopista
Clínica Javier Prado

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